El Gigante de Atacama: El coloso milenario que vigila el desierto
- CCC
- 17 oct
- 2 Min. de lectura

En el corazón del desierto de Atacama, donde el silencio solo es interrumpido por el viento y el sol gobierna sin piedad, se encuentra uno de los secretos mejor guardados de Chile: el Gigante de Atacama, una figura monumental que ha desafiado el tiempo por más de mil años. Con sus impresionantes 86 metros de altura, este coloso de piedra no es solo el geoglifo antropomorfo más grande del mundo, sino un enigma que nos conecta con las creencias y sabiduría de los pueblos originarios.
¿Dios, chamán o guerrero?
Contrario a lo que muchos creen, esta imponente figura no es simplemente un "gigante". Su nombre verdadero es Gigante de Tarapacá, y representa a Tunupa (también llamado Tarapaca o Taapaca), una deidad civilizadora que, según la tradición, viajó desde el lago Titicaca hasta el océano Pacífico, entregando a su paso el conocimiento de la agricultura y las leyes a los pueblos andinos. En su mano derecha lleva un bastón de mando, símbolo de su autoridad, y en sus rodillas se distinguen adornos de plumas que reflejan su alto rango.
Una obra maestra de la ingeniería precolombinaImagínense a grupos de indígenas, hace más de mil años, diseñando y construyendo esta figura colosal usando dos técnicas principales:
Acumulación de piedras para crear volúmenes y sombras
Raspado del terreno para marcar los contornos sobre la ladera del cerro
El resultado es una figura tan grande que solo puede ser apreciada en toda su magnitud desde la distancia. De hecho, ocupa una superficie equivalente a media manzana urbana – unos 3.000 m² – y si incluyes su corona, alcanza los 115 metros.
Un cerro galería de arte milenario El cerro Unitas, donde se encuentra el gigante, es como un museo al aire libre. Además de la figura principal, hay 20 figuras más distribuidas en dos paneles:
Panel sur: 12 figuras geométricas y zoomorfas
Panel oeste: El gigante y 7 figuras geométricas adicionales
Todas juntas forman un complejo sistema de comunicación visual que probablemente servía como punto de encuentro ceremonial y marcador de rutas para las caravanas que cruzaban el desierto.
¿Cómo llegar a este enigma del desierto?
Ubicación: Ladera oeste del cerro Unitas, comuna de Huara
Distancia: 84 km al noreste de Iquique (aproximadamente 1 hora y media en auto)
Acceso: Se recomienda ir con vehículo alto por los caminos de tierra
Mejor horario: Al amanecer o atardecer, cuando el sol realza las sombras de las figuras
Tips para una visita inolvidable
Lleva mucha agua y protección solar: Estarás en pleno desierto
Contrata un guía local: Te explicará el significado de cada figura
Camina con respeto: Estás en un sitio sagrado
No subas sobre las figuras: Son extremadamente frágiles
Lleva una cámara con buen zoom: Para captar los detalles desde la distancia
El Gigante de Tarapacá es más que una atracción turística; es un puente directo con nuestros antepasados, un recordatorio de que en este aparentemente vacío desierto florecieron culturas llenas de sabiduría y espiritualidad. Pararse frente a esta figura milenaria es sentir el peso de los siglos y maravillarse con la capacidad humana para crear belleza incluso en los lugares más hostiles.




Comentarios