La ruta del vino en Curicó es una aventura para todos los sentidos
- CCC
- 17 oct
- 3 Min. de lectura

Imagina esto: despiertas con el fresco aire de la mañana en tu campamento, el paisaje de montañas verdes frente a ti, y el plan del día no es una caminata exigente, sino un viaje sensorial al corazón del Valle de Curicó. Suena bien, ¿cierto? La combinación de naturaleza y enoturismo es más fácil y emocionante de lo que piensas, y todo puede comenzar con un paseo en tren.
El viaje es parte de la aventura (y es rápido)
Olvídate del tráfico y del estrés de conducir. La verdadera aventura comienza en el andén. Subirte al tren Santiago-Chillán es la forma más inteligente y relajada de poner rumbo al vino. En solo dos horas, el paisaje urbano se transforma en viñedos interminables. Con precios desde los $5.900, es una experiencia accesible que ya es un primer recuerdo inolvidable. ¿Un tip? Reserva con anticipación y elige una ventana; el espectáculo está afuera.
Más que una cata: Un viaje al corazón del campo chileno
Al llegar a Curicó, te recibe un mundo de tradición. Aquí, el vino no es solo una bebida, es una historia familiar. Visitar viñas como Miguel Torres o Echeverría es como hacer un viaje en el tiempo, recorriendo bodegas patrimoniales y viñedos que huelen a tierra mojada y uvas maduras.
Pero la experiencia no termina en la copa. El Valle de Curicó es un parque de diversiones para el alma campista:
Sobre dos ruedas: Alquila una bicicleta y recorre los caminos rurales que serpentean entre los viñedos. Es la manera perfecta de sentir la brisa y ganarte esa próxima copa.
Aventura en Los Queños: Si extrañas la adrenalina, dirígete a este balneario en las faldas de los Andes. El rafting, el trekking y la pesca deportiva te estarán esperando.
La Fiesta de la Vendimia: Si tu viaje es a inicios de año, no te pierdes esta celebración. Ver (o participar en) la pisadura de uva es conectar con la esencia más pura y alegre de nuestra tierra.
Para el paladar campista: Viñas con sabor a tradiciónNo necesitas ser un sommelier para disfrutar de esta ruta. Solo necesitas curiosidad. Las viñas aquí son acogedoras y muchas son proyectos familiares, como Viña Las Pitras o Viñedos Puertas, donde la pasión se siente en cada relato.
La reina del valle es la cepa Cabernet Sauvignon, de un rojo intenso y sabor frutal. Pero atrévete también con los blancos y rosados que te sorprenderán. En Viña Korta Wines o Viña Alta Cima encontrarás etiquetas con identidad propia, perfectas para llevar de recuerdo o, ¿por qué no?, para disfrutar esa misma noche bajo las estrellas en tu campamento base.
Tu campamento base en el valle Curicó y sus alrededores ofrecen una excelente infraestructura para campistas. Puedes buscar un camping establecido cerca del río o en las afueras de la ciudad, que será tu punto de partida perfecto. Recuerda siempre preferir servicios inscritos en Sernatur para garantizar calidad y seguridad.
El plan perfecto: Tren, vino y naturaleza Esta no es una salida de lujo; es una experiencia inteligente para quien ama lo auténtico. Combinar la comodidad del tren, la cultura del vino y la libertad de explorar paisajes en bicicleta o a pie, crea la fórmula perfecta para una escapada inolvidable.
Así que ya sabes, la próxima vez que armes tu mochila o cargues tu carpa, considera un destino donde la aventura también se sirve en una copa. El Valle de Curicó te espera para ofrecerte un sorbo de su mejor tradición.




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