Descubre el Valle de Aconcagua: Naturaleza, historia y ventura en el corazón de Chile
- CCC
- 8 oct
- 2 Min. de lectura

Amigos del Camping Club Chile, si buscan un destino que lo tenga todo —historia, paisajes imponentes, tradiciones campesinas y aventura—, el Valle de Aconcagua es su próximo destino. Ubicado a solo 80 km de Santiago y 120 km de Valparaíso, este valle de origen incaico, cuyo nombre evoca "el lugar donde se pone el sol", combina fertilidad, cultura y naturaleza en un mismo escenario.
Un legado histórico y cultural
El valle fue habitado por comunidades incas que dejaron un legado palpable en sus tradiciones y nombres. Hoy, sus pueblos conservan iglesias coloniales, museos y monumentos nacionales, como el árbol donde José de San Martín amarró su caballo en Putaendo, la casa de Pedro Aguirre Cerda en Pocuro y el Cristo Redentor que marca la frontera con Argentina.
Naturaleza en estado puro
Para los amantes del aire libre, el valle ofrece más de 35 cumbres entre 1.200 y 6.110 metros de altura, junto con quebradas, esteros y lagunas. Un imperdible es la Serranía del Ciprés, un área de conservación ubicada a más de 2.000 msnm, ideal para excursionismo, cabalgatas y avistamiento de flora nativa como quillayes, peumos y, por supuesto, cipreses de cordillera.
Gastronomía y productos locales
El valle es famoso por su producción de frutas de exportación y por sus viñas, donde podrán disfrutar de recorridos y degustaciones. Además, su gastronomía incluye platos típicos como asados, empanadas de pino y pastel de choclo, perfectos para reponer energías después de un día de exploración.
Tradiciones vivas
El Valle de Aconcagua mantiene vivas sus raíces campesinas con actividades como trillas a yegua suelta, domaduras y rodeos, además de festividades religiosas como la Virgen de Andacollo en San Felipe y las Vírgenes de las Nieves en Calle Larga.
Aventura para todos
Desde trekking y montañismo hasta rafting y paseos en bicicleta, el valle ofrece actividades para todos los niveles. En invierno, centros como Portillo se convierten en destinos ideales para los amantes de la nieve, mientras que en verano, sus ríos y quebradas son perfectos para refrescarse.





















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